Mi hijo se hace Pipi ¿y el tuyo?

Mi hijo se hace pipí


Por lo que la mayoría de los especialistas aconseja no obsesionarse.

Es importante que no culpabilicemos a nuestro pequeño de lo que le sucede sino queremos empeorar la situación. Enfadarse cuando vemos el pipí en la ropa sólo le hará sentirse peor.

Los especialistas recomiendan mucha paciencia y altas dosis de comprensión y cariño. Pero también existen otras muchas cosas que podremos hacer como animarle a que haga sus necesidades antes de acostarse o restringir su ingesta de líquidos.

Aunque la mayoría de los niños suelen empezar a controlar su orina a los tres años, es bastante habitual que el problema persista. Según las estadísticas, la enuresis -que es como se le conoce científicamente a este rompecambezas parental- permanece en 30% de los niños de cuatro años, el 15% de los de cinco, el 5% de los de diez y en el 1% de los adolescentes.

Lo normal es que el problema desaparezca espontáneamente conforme el niño va creciendo, por lo que la mayoría de los especialistas aconseja no obsesionarse.

Pero la mayoría de los padres se siente preocupado por su hijo. Desconoce si se trata de una enfermedad y quiere saber si el problema es físico o psicológico.

Según los especialistas, la enuresis es sólo un síndrome y sus causas pueden ser muy diversas.

CAUSAS FÍSICAS.

En algunos casos, las razones pueden ser físicas. Esto sucede cuando el pequeño tiene algún problema en los riñones o la vejiga.

Según el doctor Carlos García Irigoyen, del Hospital General de México, lo más habitual es que la pérdida de orina se deba a una 'falta de maduración del sistema nervioso central junto a un retardo en el desarrollo del control inhibitorio de la vejiga'.

Es decir, el pequeño no controla todavía bien su vejiga y su tamaño es algo menor que el del resto de los niños de su edad, lo que hace que necesite hacer pipí con mucha más frecuencia.

CAUSAS PSICOLÓGICAS O EMOCIONALES.

En muchas ocasiones el problema puede deberse a problemas psicológicos o emocionales. Los problemas matrimoniales de los padres o la pérdida de un ser querido son quizás los más frecuentes.

Pero la enuresis también puede surgir como consecuencia del fracaso escolar, del traslado a un hogar desconocido o de la presencia de un nuevo bebé en la familia, pues es frecuente que los niños que sufren algún tipo de inseguridad mojen la cama de noche.

Es conveniente que sepamos que este tipo de problemas -los psicológicos y emocionales- se dan sobre todo en aquellos niños que han comenzado a hacerse pipí de más mayores (es lo que se conoce como enuresis secundaria).

Es decir, el problema no ocurre desde el nacimiento (enuresis primaria) y suelen darse períodos importantes de tranquilidad.

CÓMO AYUDAR A NUESTRO HIJO.

Es importante que no culpabilicemos a nuestro pequeño de lo que le sucede sino queremos empeorar la situación. Enfadarse con él porque ha mojado la ropa sólo le hará sentirse peor. El niño podrá sentirse maltratado por sus padres o sus hermanos y esto le volverá introspectivo o, incluso, agresivo.

Lo que los especialistas recomiendan es mucha paciencia y altas dosis de comprensión y cariño. Pero también existen otras muchas cosas que podremos hacer por nuestra cuenta para ayudar a nuestro hijo, como por ejemplo:

-Animarle a que haga pipí antes de acostarse.

-Restringir su ingesta de líquidos a sólo un vaso en las horas previas a irse a la cama.

-Despertarle para que orine durante la noche.

-Alabarle cuando amanezca seco.

-Colocarle un pañal para dormir.

Si vemos que el problema se alarga, podemos recurrir a un psicólogo u optar por alguno de los tratamientos médicos que se aplican en estos casos.

Siempre tendremos que consultar nuestra decisión con nuestro médico, pues normalmente los especialistas no recomiendan iniciar ningún tratamiento hasta los seis o siete años, ya que la posibilidad de curación espontánea en los niños de cinco años es bastante elevada.

Se calcula que el 15% de los menores deja de hacerse pipí en torno a esta edad

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