La primera visita de los niños al dentista
¿Cuándo tenemos que visitar al dentista? Esta es una pregunta que seguro la hacen todos los padres al observar que su hijo ya tiene todos o casi todos los dientecillos.De una forma general, la primera visita debe realizarse alrededor de los 3 años, cuándo se encuentra completa la erupción primaria, para una primera revisión. Los controles se deben hacer a cada 6 meses, y no esperar que tenga que ser de urgencia. De todas formas, antes de los 3 años, tenga el hábito de examinar los dientes de su bebé. Los dientes saludables tienen un color uniforme. Si ves manchas o puntos en los dientes, lleve a su bebé al dentista. Limpie los dientes de su bebé con un paño suave y limpio o con un cepillo dental para bebés en cuanto salgan en la boca.Cuando llegue el momento de acudir al dentista, a los tres años de edad o incluso antes cuando se detecte algún problemita, los padres deben esforzarse por transmitir a su hijo una sensación de confianza y de seguridad. Es necesario que entre el niño y el dentista haya una buena relación de complicidad y no de miedo ni de temores.
¿Cuándo tenemos que visitar al dentista? Esta es una pregunta que seguro la hacen todos los padres al observar que su hijo ya tiene todos o casi todos los dientecillos.De una forma general, la primera visita debe realizarse alrededor de los 3 años, cuándo se encuentra completa la erupción primaria, para una primera revisión. Los controles se deben hacer a cada 6 meses, y no esperar que tenga que ser de urgencia. De todas formas, antes de los 3 años, tenga el hábito de examinar los dientes de su bebé. Los dientes saludables tienen un color uniforme. Si ves manchas o puntos en los dientes, lleve a su bebé al dentista. Limpie los dientes de su bebé con un paño suave y limpio o con un cepillo dental para bebés en cuanto salgan en la boca.Cuando llegue el momento de acudir al dentista, a los tres años de edad o incluso antes cuando se detecte algún problemita, los padres deben esforzarse por transmitir a su hijo una sensación de confianza y de seguridad. Es necesario que entre el niño y el dentista haya una buena relación de complicidad y no de miedo ni de temores.
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