Asoman vigilantes mis antenas,
y las escondo sin pena,
en mi frágil casita
de encorvada pista.
Cierro la puerta
y quieto duermo la siesta.
A veces me escondía
cuando el peligro aparecía.
Amo la humedad
de todas las macetas,
y dejo cintas plateadas
en todas las alboradas.
Mi comida verde es la preferida
por eso no me quieren
las plantas sufridas.
Me gusta la noche
con luna o sin luna,
para la comida y mis amores
cerca de la laguna,
o en medio de las flores,
bellas como ninguna.
Me deslizo lentamente,
suave y silenciosamente.
Ya sabes quien soy
siempre saco mis antenas al sol
o en las noches de calor.
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