Asoman vigilantes mis antenas,
y las escondo sin pena,
en mi frágil casita
de encorvada pista.
Cierro la puerta
y quieto duermo la siesta.
A veces me escondía
cuando el peligro aparecía.
Amo la humedad
de todas las macetas,
y dejo cintas plateadas
en todas las alboradas.
Mi comida verde es la preferida
por eso no me quieren
las plantas sufridas.
Me gusta la noche
con luna o sin luna,
para la comida y mis amores
cerca de la laguna,
o en medio de las flores,
bellas como ninguna.
Me deslizo lentamente,
suave y silenciosamente.
Ya sabes quien soy
siempre saco mis antenas al sol
o en las noches de calor.
Cómo nació el eco - Te lo cuenta Stella Maris Taboro
Una onda sorpresiva.
El mar se abrió en una boca enorme, un millón de filamentos brillantes salpicaron y cien truenos humeantes anunciaron que el coloso resurgió de su tumba de aguas saladas.
Su cuerpo pegoteado con corales desafiando todos los oráculos volvió a la superficie.
Su fiera mirada endurecida por los fríos estaba dispuesto a enfrentar a ese monstruo que dormía bajo la tierra y que lo había hecho tambalear . Su lengua torpe jadeaba, mientras se deslizaba con dificultad.
Lejos en las ciudades, la piel fría de sus chimeneas se hundía en el cielo.
Las hierbas perdían su color y sangraban las flores al paso del gigante. Ya no estaba atrapado en el agua pero no se podía abstraerse de las ráfagas desplegadas por el viento, ni de las grandes olas devorando gaviotas, ni del torbellino que martillaban los barcos.
Había estado casi muerto, había pasado mucho tiempo.
Ahora veía que el mundo era muy distinto, no existían letras en el papiro, ni los dioses viviendo en el Olimpo, ni siquiera la escritura cuneiforme...
El gigante llegó hasta la montaña cercana a la costa y se refugió en lo que creyó una caverna . Allí, había monjes orando que no notaron su presencia.
El grupo de monjes parecía un cúmulo de tulipanes negros inclinados por el viento y convocados alrededor de un fuego que iluminaba tenuemente.
¡El gigante nada entendía! La llama dibujaba sombras movedizas que se enquistaban en la rocosa y cobriza pared dibujando jaguares hambrientos.
De pronto las oraciones y salmos entonados crearon una atmósfera de violines, una música que no había conocido en los abismos del mar. El coloso sintió un torbellino de enigmas, mientras los cánticos sonaban como suspiros azulados.
Finalmente un sueño profundo lo envolvió en ese ritual sagrado.
Cuando los monjes quisieron retirarse hacia su ermita,vieron al coloso tendido y relajado. No temieron, pero quisieron transformarlo en algo que viviera eternamente. En un ser eterno, como los días y las noches, como las nubes y el viento, como el rocío y las lluvias, pero que tenga una presencia invisible y sonora. Una presencia que sorprenda e invite a provocarlo una y otra vez más.
Allí, entre las montañas y los abismos, allí viviría por siempre.
Una onda ondulada, una onda sonora y escondida.
Así nació el eco ...
Stella Maris Taboro
El mar se abrió en una boca enorme, un millón de filamentos brillantes salpicaron y cien truenos humeantes anunciaron que el coloso resurgió de su tumba de aguas saladas.
Su cuerpo pegoteado con corales desafiando todos los oráculos volvió a la superficie.
Su fiera mirada endurecida por los fríos estaba dispuesto a enfrentar a ese monstruo que dormía bajo la tierra y que lo había hecho tambalear . Su lengua torpe jadeaba, mientras se deslizaba con dificultad.
Lejos en las ciudades, la piel fría de sus chimeneas se hundía en el cielo.
Las hierbas perdían su color y sangraban las flores al paso del gigante. Ya no estaba atrapado en el agua pero no se podía abstraerse de las ráfagas desplegadas por el viento, ni de las grandes olas devorando gaviotas, ni del torbellino que martillaban los barcos.
Había estado casi muerto, había pasado mucho tiempo.
Ahora veía que el mundo era muy distinto, no existían letras en el papiro, ni los dioses viviendo en el Olimpo, ni siquiera la escritura cuneiforme...
El gigante llegó hasta la montaña cercana a la costa y se refugió en lo que creyó una caverna . Allí, había monjes orando que no notaron su presencia.
El grupo de monjes parecía un cúmulo de tulipanes negros inclinados por el viento y convocados alrededor de un fuego que iluminaba tenuemente.
¡El gigante nada entendía! La llama dibujaba sombras movedizas que se enquistaban en la rocosa y cobriza pared dibujando jaguares hambrientos.
De pronto las oraciones y salmos entonados crearon una atmósfera de violines, una música que no había conocido en los abismos del mar. El coloso sintió un torbellino de enigmas, mientras los cánticos sonaban como suspiros azulados.
Finalmente un sueño profundo lo envolvió en ese ritual sagrado.
Cuando los monjes quisieron retirarse hacia su ermita,vieron al coloso tendido y relajado. No temieron, pero quisieron transformarlo en algo que viviera eternamente. En un ser eterno, como los días y las noches, como las nubes y el viento, como el rocío y las lluvias, pero que tenga una presencia invisible y sonora. Una presencia que sorprenda e invite a provocarlo una y otra vez más.
Allí, entre las montañas y los abismos, allí viviría por siempre.
Una onda ondulada, una onda sonora y escondida.
Así nació el eco ...
Stella Maris Taboro
Un jueguito para pensar muchito - adivinanza matemática
¿Cuál es el próximo número en la siguiente secuencia ? :
2, 10, 12, 16, 17, 18, 19,...
Una única ayudita: solamente tiene sentido en idioma castellano (español).
Si te resulta difícil, poné a pensar a toda tu familia, a todos tus amigos, a tus maestros y profesores.. a quien creas oportuno.
Espero tus respuestas en la dirección de mi secretario dgalatrog@hotmail.com
Él te dirá si has acertado o no. Debes decirle también cómo lo descubriste.
Si aciertas, el premio será que tu nombre aparecerá en este mismo sitio.
Anímate. No te achiques. Tú puedes.
El Ratón Pérez
¡Exclusivo!: El Ratón Pérez entrevistó una gota de agua
El pasado 22 de Marzo se celebró en el mundo el Día del Agua. Nuestro jefe, el Ratón Pérez, siempre estuvo muy preocupado por ese tema porque sabe que el agua es muy importante para todos los seres vivos ya que sin ella no podemos seguir así: vivos.
Y también le preocupa que ni los humanos ni los roedores tengamos los cuidados necesarios para no estropearla ni malgastarla.
Entonces se preguntó: ¿Qué pensará la propia agua sobre esta cuestión? Pero luego consideró que nunca íbamos a saberlo porque las personas y los ratones suponemos que el agua no puede hablar.
Lo comentó a su esposa y ella le dijo: "Pérez, me extraña mucho tu forma de pensar. Te estás poniendo viejo, marido mío. También muchas personas y seguramente unos cuantos ratones suponen que tú no existes, que eres un invento de alguien y que no sales por las noches a buscar los dientecitos caídos de los niños y dejarles a cambio unas monedas."
Tenía sentido lo que ella decía. Pensando así, jamás el Ratón Pérez le haría una entrevista al propio Ratón Pérez - él mismo - por creer como muchos otros que era solamente un invento para engañar a los niños. Y eso mostraría que no es tan inteligente como él y nosotros sabemos que es.
Para saber si el agua habla realmente hay un camino muy sencillo. Ir y preguntarle algo. Puede ser que responda, puede ser que no. Todo es cuestión de probar.
Salió a la vereda y allí vio cantidad de agua pero muy sucia, que corría junto a la acera arrastrando la basura que los hombres y los ratones arrojan por ahí sin tener el menor cuidado. Como si el agua fuera algo infinito que nunca se va a terminar y que no necesita que la usemos con mucha precaución para evitar ensuciarla.
La verdad, le daban pocas ganas de acercarse porque no solamente le disgustaba la suciedad sino también el feísimo olor que salía de esa corriente de agua tan contaminada.
Miró hacia el cielo para ver si estaba por llover. El agua que venía de las nubes tampoco era del todo pura pero sí mucho mejor que la que corría junto a la acera. Pero no había ningún signo de próxima tormenta. La noche estaba muy clara y las estrellas titilaban en lo alto para recordarnos que, además del nuestro, muchos otros millones y millones de soles andaban por el universo.
De pronto, la luz de la luna iluminó algo allá en lo alto, donde el techo formaba un perfecto ángulo recto y así creaba una punta que sobresalía justamente por encima de la cabeza del Ratón Pérez. ¿Sería alguna gota de agua como la que él estaba buscando?
El punto brillante se dejó caer desde aquel ángulo perfecto y comenzó a verse cada vez más grande a medida que se acercaba al suelo donde, lamentablemente, lo recibiría toda esa corriente de agua sucia y maloliente de la que les hablé.
Fue así que el Ratón Pérez se preparó para capturarla en su mano - en realidad, en su pata delantera derecha - y así evitar que llegase a chocar con la acera.
Sin ruido, suavemente, se depositó ese brillo que venía cayendo, en la mullida pata que lo esperaba. ¡Y era una gota de agua! Limpia, pura, transparente, hermosa.
Pasado el primer momento de sorpresa, acercó su cara a la recién caída y le dijo:
- ¡Feliz Día Mundial del Agua!
Y aunque no parezca creíble oyó que la gota le respondía:
- ¡Gracias! No sé quién eres pero es la primera vez que alguien me saluda en este día.
Y así pudo el Ratón Pérez hacer la nota que andaba buscando.
Todo esto me lo contó mientras me alcanzaba un papel en el que - dijo - encontraría una entrevista que quería que publicara aquí en su blog.
Le pregunté qué había hecho él con la gota luego de su reportaje. Me miró con cara pícara - como siempre - y me preguntó a su vez qué habría hecho yo en su lugar. Luego se dio vuelta y se fue con la bolsa de monedas porque, como todas las noches, tenía mucho trabajo por hacer.
Así que aquí publico el reportaje tal como él me lo pidió.
---
- ¿De dónde vienes, gotita?
- En este preciso momento estoy cayendo desde un techo hacia el suelo. Y lamentando que me haya tocado llegar a tierra aquí, en una calle tan sucia de una ciudad tan contaminada. Hubiera preferido algún arroyo de montaña, algún lago, algo más decente que esto. Pero no puedo elegir.
- ¿Y cómo llegaste al techo?
- Desde una nube muy alta que pasaba por allá arriba y que ya no podía sostenerme más.
- ¿Es la primera vez que te pasa esto?
- Por supuesto que no. Ya me ha ocurrido miles de millones de veces en los últimos miles de millones de años. Siempre estoy circulando del cielo a la tierra y de la tierra al cielo. Una vez oí que le dicen "el ciclo del agua". Por ejemplo, ahora caigo al suelo, me sumo a esa corriente asquerosa en la que muchísimas hermanas circulan rodeadas de basura, llego a algún desagüe, un caño me lleva hasta un arroyo o río cercano, por allí viajo hasta el mar. Luego el calor del sol me evapora y así, como gas, subo nuevamente hacia el cielo y comienzo a formar parte de una nube hasta que, como la de hace unos minutos, ella no pueda retenerme más y me deje caer hacia tierra para iniciar todo otra vez.
- ¿Siempre te pasa lo mismo?
- No. Siempre me pasa diferente. Tengo miles de millones de anécdotas distintas. Un día caí en el campo y quedé justito sobre una brizna de pasto. Llegó una vaquita que me tragó y así anduve por su cuerpo hasta que me instalé en una de sus ubres. Cuando la ordeñaron ya venía yo allí mezclada con la leche, que pusieron en un tarro. Luego la pasaron a un biberón y un niñito me tomó junto a su desayuno. Salí del bebé mezclada con su pis - ¡tenía un olor! - y la mami me arrojó por la cañería de una pileta que me llevó rápidamente hasta un arroyito. De allí a un río, luego al mar, salió el sol, evaporó agua - es decir, muchas hermanas y yo - y subimos al cielo para comenzar todo de nuevo. Esta fue solamente una anécdota pero realmente me ha pasado de todo.
- Parece una vida interesante la tuya.
- Parece. Y lo sería si yo hubiese podido elegir que me sucedieran cosas así. Pero no lo elegí. Es mi destino y estoy condenada a él. Aunque te confieso que más de una vez disfruto de cosas maravillosas que me ocurren, lugares hermosísimos por los que paso, historias extraordinarias de las que me entero.
- Escucha, gotita, alguna vez todo esto debe haber comenzado. ¿Dónde naciste?
- Realmente no lo sé, ni los hombres tampoco lo saben bien. Y mucho menos los ratones. De todas las teorías que circulan me gusta la más reciente, que atribuye mi origen a causas extraterrestres. Hay científicos serios que afirman que el agua llegó a la Tierra en forma de hielo, en el interior de numerosos meteoritos. Al impactar sobre la superficie terrestre liberaron este compuesto - o sea el de hidrógeno con oxígeno que me forma - y llenaron los océanos, o al menos parte de ellos.
- ¿Así que eres una extraterrestre?
- No estoy segura. Porque dicen que no toda el agua proviene de esos meteoritos.
- ¿Y qué más se siente siendo una gota de agua?
- Lo que me hace sentir bien es que ayudo muchas veces a permitir que la vida continúe. Y cuando los seres vivos también lo aprecian - no en muchos casos - comparto con ellos un poco de su felicidad. Pero me pone muy mal cuando veo seres humanos que nos usan para tareas horribles, nos ensucian con venenos, y cambian nuestra función de dar vida por la de causar enfermedades y muerte.
- Realmente me estás haciendo entristecer a mí también. Ya me siento culpable de haberte deseado un feliz día mientras a mi alrededor muchos te esperan para hacerte sufrir.
- No, amigo. Te agradezco mucho el deseo y te voy a pedir un regalo muy especial. Cuídame y haz que tus amigos me cuiden. Que me usen pero que no me dañen. Así serán muchas más las veces en que mi ciclo en la naturaleza me ponga feliz y muchas menos en las que me haga sentir mal. A mí y a mis incontables compañeras.
- Lo haré. Te lo prometo. Y ahora, ¿qué hago contigo?
- Déjame ver. ¿Tienes alguna plantita bella cerca?
- Sí, aquí hay un hermoso rosal que se llena de flores cada primavera.
- Entonces colócame junto al tallo, para que la raíz me absorba y pueda así participar de su vida unos minutos, unos días o ¿quién sabe cuánto tiempo? Quizá vuelva al cielo esta vez como parte de un vapor de agua perfumado que mejore un poquito este mundo.
- Ya está. Adiós, gotita.
- Adiós, amigo. Y Feliz Día del Agua.
---
Daniel Aníbal Galatro
Esquel - Argentina
Marzo 22 de 2011
Y también le preocupa que ni los humanos ni los roedores tengamos los cuidados necesarios para no estropearla ni malgastarla.
Entonces se preguntó: ¿Qué pensará la propia agua sobre esta cuestión? Pero luego consideró que nunca íbamos a saberlo porque las personas y los ratones suponemos que el agua no puede hablar.
Lo comentó a su esposa y ella le dijo: "Pérez, me extraña mucho tu forma de pensar. Te estás poniendo viejo, marido mío. También muchas personas y seguramente unos cuantos ratones suponen que tú no existes, que eres un invento de alguien y que no sales por las noches a buscar los dientecitos caídos de los niños y dejarles a cambio unas monedas."
Tenía sentido lo que ella decía. Pensando así, jamás el Ratón Pérez le haría una entrevista al propio Ratón Pérez - él mismo - por creer como muchos otros que era solamente un invento para engañar a los niños. Y eso mostraría que no es tan inteligente como él y nosotros sabemos que es.
Para saber si el agua habla realmente hay un camino muy sencillo. Ir y preguntarle algo. Puede ser que responda, puede ser que no. Todo es cuestión de probar.
Salió a la vereda y allí vio cantidad de agua pero muy sucia, que corría junto a la acera arrastrando la basura que los hombres y los ratones arrojan por ahí sin tener el menor cuidado. Como si el agua fuera algo infinito que nunca se va a terminar y que no necesita que la usemos con mucha precaución para evitar ensuciarla.
La verdad, le daban pocas ganas de acercarse porque no solamente le disgustaba la suciedad sino también el feísimo olor que salía de esa corriente de agua tan contaminada.
Miró hacia el cielo para ver si estaba por llover. El agua que venía de las nubes tampoco era del todo pura pero sí mucho mejor que la que corría junto a la acera. Pero no había ningún signo de próxima tormenta. La noche estaba muy clara y las estrellas titilaban en lo alto para recordarnos que, además del nuestro, muchos otros millones y millones de soles andaban por el universo.
De pronto, la luz de la luna iluminó algo allá en lo alto, donde el techo formaba un perfecto ángulo recto y así creaba una punta que sobresalía justamente por encima de la cabeza del Ratón Pérez. ¿Sería alguna gota de agua como la que él estaba buscando?
El punto brillante se dejó caer desde aquel ángulo perfecto y comenzó a verse cada vez más grande a medida que se acercaba al suelo donde, lamentablemente, lo recibiría toda esa corriente de agua sucia y maloliente de la que les hablé.
Fue así que el Ratón Pérez se preparó para capturarla en su mano - en realidad, en su pata delantera derecha - y así evitar que llegase a chocar con la acera.
Sin ruido, suavemente, se depositó ese brillo que venía cayendo, en la mullida pata que lo esperaba. ¡Y era una gota de agua! Limpia, pura, transparente, hermosa.
Pasado el primer momento de sorpresa, acercó su cara a la recién caída y le dijo:
- ¡Feliz Día Mundial del Agua!
Y aunque no parezca creíble oyó que la gota le respondía:
- ¡Gracias! No sé quién eres pero es la primera vez que alguien me saluda en este día.
Y así pudo el Ratón Pérez hacer la nota que andaba buscando.
Todo esto me lo contó mientras me alcanzaba un papel en el que - dijo - encontraría una entrevista que quería que publicara aquí en su blog.
Le pregunté qué había hecho él con la gota luego de su reportaje. Me miró con cara pícara - como siempre - y me preguntó a su vez qué habría hecho yo en su lugar. Luego se dio vuelta y se fue con la bolsa de monedas porque, como todas las noches, tenía mucho trabajo por hacer.
Así que aquí publico el reportaje tal como él me lo pidió.
---
- ¿De dónde vienes, gotita?
- En este preciso momento estoy cayendo desde un techo hacia el suelo. Y lamentando que me haya tocado llegar a tierra aquí, en una calle tan sucia de una ciudad tan contaminada. Hubiera preferido algún arroyo de montaña, algún lago, algo más decente que esto. Pero no puedo elegir.
- ¿Y cómo llegaste al techo?
- Desde una nube muy alta que pasaba por allá arriba y que ya no podía sostenerme más.
- ¿Es la primera vez que te pasa esto?
- Por supuesto que no. Ya me ha ocurrido miles de millones de veces en los últimos miles de millones de años. Siempre estoy circulando del cielo a la tierra y de la tierra al cielo. Una vez oí que le dicen "el ciclo del agua". Por ejemplo, ahora caigo al suelo, me sumo a esa corriente asquerosa en la que muchísimas hermanas circulan rodeadas de basura, llego a algún desagüe, un caño me lleva hasta un arroyo o río cercano, por allí viajo hasta el mar. Luego el calor del sol me evapora y así, como gas, subo nuevamente hacia el cielo y comienzo a formar parte de una nube hasta que, como la de hace unos minutos, ella no pueda retenerme más y me deje caer hacia tierra para iniciar todo otra vez.
- ¿Siempre te pasa lo mismo?
- No. Siempre me pasa diferente. Tengo miles de millones de anécdotas distintas. Un día caí en el campo y quedé justito sobre una brizna de pasto. Llegó una vaquita que me tragó y así anduve por su cuerpo hasta que me instalé en una de sus ubres. Cuando la ordeñaron ya venía yo allí mezclada con la leche, que pusieron en un tarro. Luego la pasaron a un biberón y un niñito me tomó junto a su desayuno. Salí del bebé mezclada con su pis - ¡tenía un olor! - y la mami me arrojó por la cañería de una pileta que me llevó rápidamente hasta un arroyito. De allí a un río, luego al mar, salió el sol, evaporó agua - es decir, muchas hermanas y yo - y subimos al cielo para comenzar todo de nuevo. Esta fue solamente una anécdota pero realmente me ha pasado de todo.
- Parece una vida interesante la tuya.
- Parece. Y lo sería si yo hubiese podido elegir que me sucedieran cosas así. Pero no lo elegí. Es mi destino y estoy condenada a él. Aunque te confieso que más de una vez disfruto de cosas maravillosas que me ocurren, lugares hermosísimos por los que paso, historias extraordinarias de las que me entero.
- Escucha, gotita, alguna vez todo esto debe haber comenzado. ¿Dónde naciste?
- Realmente no lo sé, ni los hombres tampoco lo saben bien. Y mucho menos los ratones. De todas las teorías que circulan me gusta la más reciente, que atribuye mi origen a causas extraterrestres. Hay científicos serios que afirman que el agua llegó a la Tierra en forma de hielo, en el interior de numerosos meteoritos. Al impactar sobre la superficie terrestre liberaron este compuesto - o sea el de hidrógeno con oxígeno que me forma - y llenaron los océanos, o al menos parte de ellos.
- ¿Así que eres una extraterrestre?
- No estoy segura. Porque dicen que no toda el agua proviene de esos meteoritos.
- ¿Y qué más se siente siendo una gota de agua?
- Lo que me hace sentir bien es que ayudo muchas veces a permitir que la vida continúe. Y cuando los seres vivos también lo aprecian - no en muchos casos - comparto con ellos un poco de su felicidad. Pero me pone muy mal cuando veo seres humanos que nos usan para tareas horribles, nos ensucian con venenos, y cambian nuestra función de dar vida por la de causar enfermedades y muerte.
- Realmente me estás haciendo entristecer a mí también. Ya me siento culpable de haberte deseado un feliz día mientras a mi alrededor muchos te esperan para hacerte sufrir.
- No, amigo. Te agradezco mucho el deseo y te voy a pedir un regalo muy especial. Cuídame y haz que tus amigos me cuiden. Que me usen pero que no me dañen. Así serán muchas más las veces en que mi ciclo en la naturaleza me ponga feliz y muchas menos en las que me haga sentir mal. A mí y a mis incontables compañeras.
- Lo haré. Te lo prometo. Y ahora, ¿qué hago contigo?
- Déjame ver. ¿Tienes alguna plantita bella cerca?
- Sí, aquí hay un hermoso rosal que se llena de flores cada primavera.
- Entonces colócame junto al tallo, para que la raíz me absorba y pueda así participar de su vida unos minutos, unos días o ¿quién sabe cuánto tiempo? Quizá vuelva al cielo esta vez como parte de un vapor de agua perfumado que mejore un poquito este mundo.
- Ya está. Adiós, gotita.
- Adiós, amigo. Y Feliz Día del Agua.
---
Daniel Aníbal Galatro
Esquel - Argentina
Marzo 22 de 2011
VII Concurso Internacional de Literatura Infantil Libresa-Julio C. Coba
31 de marzo de 2010
Con el fin de estimular la creación de una literatura para niños y niñas que se caracterice por su calidad en el tratamiento de temas trascendentes, la presencia de valores humanos fundamentales y el incentivo de la imaginación y la creatividad, Libresa convoca a la séptima edición del Concurso Internacional de Literatura Infantil Libresa-Julio C. Coba, correspondiente al año 2011.
Mayor información:
E-mail: concurso2011@libresa.com
Web: http://www.libresa.com/
¿Quién es tu mamá?
- Mamá es ese cohete tan rápido que va por casa disparado y que está en todas partes al mismo tiempo.
- Mamá es esa malabarista que pone la lavadora con el abrigo puesto mientras le abre la puerta al gato con la otra, sosteniendo el correo con la barbilla y apartándome del cubo de basura con el pie.
- Mamá es esa maga que puede hacer desaparecer lágrimas con un beso.
- Mamá es esa Taekwondista forzuda capaz de hacer tichigui a cualquiera por defender a sus criaturas de 0 a 50 años, y cargar en un solo brazo mis 15 kilos mientras con el otro entra al carro lleno de compras.
- Mamá es esa campeona de atletismo capaz de llegar en décimas de segundo de 0 a 100 para evitar que me descuerne por las escaleras.
- Mamá es esa heroína que vence siempre a mis pesadillas con una caricia.
- Mamá es esa señora con el pelo de dos colores, que dice que en cuanto tenga otro huequito, sólo otro, va a la pelu.
- Mamá es ese cuenta cuentos que lee e inventa las historias más divertidas sólo para mí.
- Mamá es esa cheff que es capaz de hacerme una cena riquísima con dos tonterías que quedaban en la nevera porque se le olvidó comprar, aunque se quede ella sin cenar.
- Mamá es ese médico que sabe con sólo mirarme si tengo fiebre, cuánta, y lo que tiene que hacer.
- Mamá es esa economista capaz de ponerse la ropa de hace cientos de años para que yo vaya bien guapo.
- Mamá es esa cantante que todas las noches canta la canción más dulce mientras me acuna un ratito
- Mamá es esa payasa que hace que me tronche de risa con solo mover la cara.
- Mamá es esa sonámbula que puede levantarse dormida a las 4 de la mañana, mirar si me he hecho pis, cambiarme el pañal, darme jarabe para la tos, un poco de agua, ponerme el chupete, todo a oscuras y sin despertarse.
- Mamá es aquella mujer que jamás se dió cuenta que envejecia por ver a sus hijos realizarse, llorando de noche por que ya tienen alas y dentro de poco dejará el nido para buscar otro, y de día sonrie por ver que los hijos no tengan remordimientos en dejarla por que ella se siente felíz.
¿La ves? Es aquélla, la más guapa, la que sonríe.
(Enviado por Paquito desde Alcorcón, cerca de Madrid, España)
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