Los bebés que se alimentan con leche materna son más irritables que los que toman leches de fórmula, pero tienen un mejor comportamiento en el resto de la infancia
Por CRISTIAN VÁZQUEZ
12 de junio de 2013
- Imagen: Memekode -
Los bebés que toman leche materna son más irritables y sonríen menos que los que reciben leches de fórmula. Los expertos, de todos modos, enfatizan el valor de dar el pecho a los niños. Este artículo señala las causas del temperamento difícil de los bebés amamantados, la importancia de promover la lactancia materna y el mejor comportamiento que muestran en los siguientes años de la infancia los pequeños que reciben este tipo de alimentación.
Bebés alimentados con leche materna, temperamento difícil
Es probable que muchas madres que amamantan a sus hijos tengan en algún momento la sensación de que estos lloran más que otros niños alimentados con leches de fórmula. Esta percepción se corresponde con la realidad, según un estudio científico: los bebés alimentados con lactancia materna lloran más, son más irritables y sonríen menos.
Los bebés amamantados se ríen menos y les cuesta más mantener la calma, pero de niños muestran menos problemas de conducta
Esta es la conclusión de los expertos del Consejo de Investigación Médica (MRC) de la Universidad de Cambridge, tras analizar el comportamiento de 316 niños de tres meses de edad. Los investigadores establecieron tres grupos de bebés: los alimentados solo con leche materna (un total de 137), los que recibieron en exclusiva leche de fórmula en biberón (88) y los que fueron criados de ambas formas (91).
La mayoría de las madres de los niños amamantados, tanto en exclusiva como los que tomaron leche materna y también de fórmula, destacó el "temperamento difícil" de sus hijos. Estos bebés sonrieron menos, lloraron más y les fue más complicado mantenerse en calma.
Lactancia materna: ¿por qué los bebés lloran más?
Sin embargo, los expertos enfatizan la importancia de la lactancia materna y ratifican la recomendación de la Organización Mundial de la Salud y demás organismos, de que la alimentación de los bebés sea en exclusiva de leche de la madre hasta los seis meses de vida y que continúe -combinada con otros alimentos- al menos hasta que el niño cumpla un año. "La lactancia materna es la forma más normal y más sana de nutrición infantil, y nuestros hallazgos no lo contradicen", indica el pediatra Ken Ong. Entonces, ¿por qué lloran más los bebés amamantados?
La mayor satisfacción de los bebés que solo toman leche de fórmula se debe a que en ocasiones están sobrealimentados
Los signos de mayor satisfacción y calma de los niños que solo toman leches de fórmula se deben a que a menudo están sobrealimentados, lo cual podría derivar en problemas de sobrepeso infantil. Esta satisfacción tiene que ver con que en realidad comer es reconfortante.
Además, el llanto del bebé amamantado es algo natural, ya que es su manera de comunicarse con su madre, aunque también se puede deber a otras causas, como el cansancio o alguna dolencia.
Los expertos coinciden en que un mayor conocimiento de la dinámica de conducta durante la lactancia natural, mejores expectativas de un temperamento infantil normal y el apoyo para hacer frente a caracteres difíciles podría ayudar a promover de forma exitosa la lactancia materna.
Bebés amamantados, mejor conducta en la infancia
Más allá de la irritabilidad y el comportamiento general del bebé durante los primeros meses, hay otros trabajos que señalan que los niños alimentados con leche materna tienen mejor conducta a lo largo de su infancia que los que recibieron leches de fórmula.
Uno de los estudios más extensos también proviene del Reino Unido y se basó en una muestra de más de 10.000 pequeños nacidos entre los años 2000 y 2001. Científicos de las universidades de York, Oxford y Essex entrevistaron a los padres de esas criaturas y les preguntaron por cuestiones tales como conflictos emocionales, ansiedad, hiperactividad infantil y tendencia a cometer faltas como mentir o robar.
El resultado fue que, entre los niños que fueron amamantados durante al menos sus primeros cuatro meses, solo el 4% tuvo problemas de conducta, mientras que en los alimentados con leches de fórmula esa cifra se incrementó hasta el 16%.
El motivo aludido por los expertos fue que la interacción que representa el acto de amamantar entre la madre y el bebé es la causa de que el pequeño más tarde aprenda actitudes aceptables y, debido a eso, tenga menos problemas de comportamiento.
Esta sería otra ventaja de dar el pecho a los bebés, además de otros tantos beneficios conocidos de este tipo de alimentación, tanto para el niño como para la madre.
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